La canción aquella bien lo dice
Dice que pudiéramos conocer todas las ciencias, nadar en
cada recodo de conocimiento y en sus afluentes, conseguirlo todo, vivirlo todo.
Yo he querido aventurar los pueblos, cada rincón de la geografía,
hacerlo sola, el viento y yo, solamente, y mis recuerdos.
Sin hora alguna de regreso.
El futuro no me importa, yo me deleito con vivir el
presente, cada detalle, cada pequeña cosa, me encanta escuchar las personas,
escuchar que cosas tiene que decirme.
Yo me quejo porque muy lejos estoy de vivir fuera de mi
cotidianidad.
Lo emocionante y transformador de esta penumbra, de este sueño
no realizado, de esta queja de vida es que nunca fue como yo pensé, yo estuve
equivocada toda mi vida, yo sueño con lo que ya tengo, es lo mismo aunque con
diferente forma, he perseguido la aventura de mi vida, sin saber qué hace rato
la estoy viviendo, cada caída y raspadura, cada marca que en mi pecho vive,
aunque no esté visible, está presente.
Vivir para una voz, andar para unos ojos, sentir por un
nombre, soñar despierto, el hecho de ansiar el amanecer, y soportar el calor de
cualquier verano, correr distancias lejanas por admirar unas simples líneas.
Arder en frio, temblar bajo el sol.
Llorar una ausencia, amar una presencia, esperar una fecha,
celar hasta las náuseas, con la sombra, con el viento, las pretensiones, las
sospechas.
Todo eso es espléndido, esplendido es lo que tanto
menosprecio, aprecio para que este, pero cuando esta al fin, no me contento.
Mi montaña rusa, mi pueblo lejano, mi viaje con el viento,
mi aventura consternante, mi vida al filo de la muerte, el riesgo de perder o
ganar, la felicidad más honda y a la vez superficial, aquellos besos y esa
seguridad que me inspirabas, significo mi estabilidad, significo el refugio y a
la vez mi tormento, mi delirio.
Todo eso lo obtuve cuando mi corazón dijo “SI” e impregnado esta
aunque mi razón dijo “NO”
Quien no sabe de amor no sabe nada….
24-05-2012



0 comentarios:
Publicar un comentario