Un montón de trabajo en la mesa, el tiempo contado, un amor que se me escapa y una mascara que me pesa en el rostro...
Hablemos de las mascaras, los disfraces que nos colocamos, las cosas que aparentamos para lograr objetivos.
que tal si el disfraz ha pasado tanto tiempo en nuestro cuerpo, que ya forma parte de nosotros, engañando nuestro razonamiento, y pensamos que somos distintos, que ya hemos cambiado.
Solo hasta que hace su entrada triunfal el momento del ahogo, de impotencia...
Mis amadas despedidas de 40 minutos se escurren. Y la niña interior sale...
Ella va corriendo detrás de el.
El, como todo un maduro comedido, da respuestas cortas y contundentes.
Respuestas que mi niña interior sufre.
Mi mujer exterior, hablemos de ella... La mujer responsable, que trabaja 15 horas, cocina por las noches, arregla la cama antes de partir, la que da consejos, ayuda personas, guía gentes, esa mujer, tiene muchos deberes, pocos derechos...
Ella tomo una siesta una noche de esas, y la niña interior se escurrió por la puerta.
Yo- Mira lo que has causado niña insolente!!! Molestosa, agitadora...
Ella- Estas quemada de las neuronas, acaso no te diste cuenta que deliró y no te amó.
Entonces recordé el momento en que su cámara se daño.
viernes, 2 de octubre de 2015
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