Tengo que mantener la ira del monstruo aplacada, con palabras suaves y blandas, si el monstruo se altera, yo lo acaricio con mi mirada tierna y mi carisma...
El se siente amenazado por la vida, cada circunstancia altera al monstruo, que si un papel mal colocado, que si una suma mal realizada, si hace mucho calor o frío, el monstruo se pierde, el monstruo hierve.
El me ve a mi como taburete...
Yo, la que nunca demuestra enojo, ni en verano ni en invierno...
Yo conservo la calma, calma que me cuesta bien caro y a la vez no me cuesta nada.
Me cuesta caro porque mi ser no cuenta, solo tengo deberes, no tengo derechos, no conozco el momento en que pueda dejar yo salir enojo, solo guardo silencio, silencio, silencio...
Son gruesas y pesadas cadenas, la cadena de permanecer quieto, aunque las venas hiervan...
Yo lo calmo a el y a mi no hay quien me calme,
El se altera y yo permanezco quieta.
Cuesta caro y a la vez no me cuesta nada...
No me cuesta nada porque me emplearon, porque para eso me pagan...
2-6-15
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