Escrito al río que no vino del Rocío.

 Iseuris, yo a usted la quiero bien.

Vaya tela, la que provocan los vacíos de la existencia!
El me buscaba y yo huía, cual doliente que no quiere repetir historias, pero a la vez me derretía cual drogadicta que no puede renunciar a su dependencia.

Era un torrente, ya no más rocios que se convertían en supuestos ríos, ya no más engaños, ni mentiras de relleno.

Un verdadero torrente de emociones y miradas, una voz, que más que voz, era como la miel del panal, y como el girasol en un mustio parque. 

Tengo tanto que decir, tanta sangre que sangrar, una dosis diaria y a la misma hora, justamente al comienzo de cada madrugada, cual dependiente química, tal cual, con sudores, palpitaciones y temblores incluidos.

El estaba presente, se entregaba sin precio, dispuesto a apagar mis ansias y a la vez anestesiarse de un arrastre de hacen algunos años, es el trueque perfecto: Tu me sanas, yo te lleno.

Lagrimas presentes y mordidas de labios, si me la das yo te miro, y si te miro lo tengo todo resuelto.

Las horas pasaban y eran como segundos, un día tras el otro y muchos sueños juntos.

Como no suspirar, como no temblar?
Era un estado acuoso de mi materia, sin resistencia, dos amantes a lo lejos, a 1 hora de camino.

Me das un abrazo largo? yo te daré mi pecho, lo prometo, tu aquí o yo allá, que más da? podemos?
Cual punto ilegal de expendio para drogadictos, mi hermosa forma de cargar con la vida.

Un contacto que se oculta para no seguir con la dependencia, y por otro lado un: No te rindas, y por dentro un: No te detengas.

Palabras que emitían vibraciones, combinadas con la voz calma y derretida, También un: Te deseo, yo te quiero para toda la vida.
Contradictorio no lo creen? Basta ya que quiero ser libre, tú me aprietas en mi mente y mi mente no te suelta.

Yo te amo me dijiste y yo te dije: No me ames.
Amor, llámame, soy tuyo me dijiste, y yo con los labios te digo Nunca, pero suspiro y me delato cuando vibro de inmediato.

Yo me acuerdo amor mío, cuando en un pasado yo sufría frío, cuando en un pasado sufri desprecio un constante:

Que tal si gozamos y nos vamos? Era de brazos fornidos, con las palabras oportunas y cabellera perfecta, también el que tenía pinta de buen chico pero me cortó las venas, el amigo cercano que aunque lo amé nunca me amó, el amigo de años que nunca se decidió, al que le rogué otro chance pero me lo negó, y al peor de todos que me usó.

Solo algunos abismos te menciono, porque yo los recuerdo todos, imposible que no tiemble amor mío porque eres el llamado para ser pleno, mis ojos disvariaban , mi boca se entreabria, mi pecho se salía, y mis piernas palpitaban mientras tu voz se repetía, No había más que eso,  y ese "Solo eso" me sobreabundaba.

Iseuris yo te quiero, y tus labios me hacían un gesto, como diciendo: No lo entiendo, te doy todo y sin precio, la luna en una canasta, un girasol en cada mirada, yo te quiero, yo te quiero, no lo entiendo, es bien que yo te quiero.

El apellido que me retumbaba y mi piel enervaba: "Bien" No solo bueno, me refiero al bien que es duradero, el bien del que no espera ventaja, el Bien que te mantiene presente en las mañanas, Y el apellido del "Te quiero" mi piso destrozaba.
No solo mucho, no solo tanto, es bien que yo te quiero, es bueno que yo te amo.

Bien, bien , me suena a años , a ir juntos de las manos. "Bien" me suena a abrazos largos, a un: Te quiero cada noche de regalo. 

Y ese "Bien" me llevó al infinito donde nunca antes había estado, al menos no de ese modo mi amado, sin estar ni siquiera cercanos, sin sudores incluidos, ni intercambios.

Fruncir el ceño de modo delicado y una fiera dormida despertaba aturdida y sorprendida.

Amado que bien! Porque "Bien" Es lo que quiero,

Tu me quieres bien, aunque yo te quiera fuego, y yo te querré bien, aunque sea luego.

Quien sabe si este juego de palabras se vuelva magia y se convierta en un "por siempre" y que mis licencias me sean otorgadas y ya no tengamos que estar a 1 hora de distancia.

Bien, bien, yo te quiero bien,
Bien, bien es que yo te quiero.