Habían un gran vacío
Resulta que volví a la posición anterior, después de prometer que jamás pasaría, ya había cruzado la línea de la cordura. Llamadas a deshoras, esperar hasta quedar dormida, ruegos, implorar implorar e implorar.
-Ámame aunque sea una vez, y mis inviernos me cubrían desde adentro, había frío , penumbra e incertidumbre, me encontraba empujando un barco y estaba cansada. Desvelos y lágrimas, hormonas tristes y un dolor profundo.
-Me da un besito por favor?
Para luego no volver. Al menos no al momento ni del modo que yo quería.
Prometí no enloquecer y ahora no conocía el juicio.
Mientras el cumplía sus compromisos yo carecía de Norte. Estaba seca porque mi fuente era el y mi mayor deseo en la tierra.
No conocía el sentido, porque mientras el me daba excusas de porque no, yo vivía en un constante SI, en un fuego letal y en un intento infinito de perderme en sus ojos.
Había un gran vacío, porque esa era su forma de amar y no la mía.
Porque yo ya conocía la locura mutua, las horas interminables al teléfono , los inmensos intentos, las miradas largas, yo conocía el delirio en dos tonos de voces al mismo tiempo.
Yo conocía la locura… yo conocía la locura.
Yo conocía de vuelos a fin de año, de despertares sorpresa, de viajes de tres días, de museos de ámbar y caminatas en la playa.
Cuando lo vi esa noche bajo las luces de las bombillas y las tenues estrellas, su voz calma y su mirada tierna, a la vez lo vi imponente , talentoso, me vibraba la sangre y me brincaba el pecho! Estaba a la espera de algo grandioso , y llegó, si!!! Solo que se desvaneció.
De vuelta al abismo Porque También conocía de abismos, a los que prometí jamás volver.
-Te hablo cuando pueda, -te quiero pero no tengo tiempo, -quiérame usted que la necesito. -perdóname, no lo haré de nuevo.
Y en cada intento recibo una dosis de cariño que debe durarme hasta que se acabe!
Porque cuando se acabe tendré que intentarlo de nuevo.
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